Han ocurrido muchas cosas en los ultimos dias que me llevan a hablar de la tristeza, la de las personas, la del pais, la del mundo, la de nuestra sociedad.
Hace pocos dias tuve una conversacion profunda y franca con un amigo que perdio a su papa durante el regimen militar chileno; fue en esos dias tambien cuando lei una entrevista de un hijo de un militar muerto a manos de contrarios al regimen que gobernaba el pais en ese momento.
Con los dias he meditado el dolor que tuvieron ambos frente a la perdida de su ser querido y he pensado seriamente que los dos sufrieron una perdida irreparable, que les cambio su vision de la vida y de la sociedad que los rodeaba.
Pocos dias despues le comente a Gabriel, mi amigo, la entrevista del diario, el me dijo que la habia leido tambien y que pensaba que ese vacio y tristeza no tenia ni color politico ni religioso, que los sufrimientos se llevan por dentro como una gran cadena de dolor que de a poco va desapareciendo a lo largo de nuestra vida.
Quizas a lo mejor me equivoque, pero la vida siempre nos tiene preparada sorpresas favorables y dificultades de las cuales tenemos que salir airosos.
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